Durante el mes de Ramadán, compartir no es solo un acto de generosidad. Es un deber, una muestra de compasión y comunidad.

Con esta campaña, llevamos comidas completas de Iftar a familias que no tienen lo mínimo para romper el ayuno con dignidad. Porque mientras muchos se sientan en la mesa, otros siguen esperando un plato.
Cada donación cuenta. Cada paquete de comida es un momento de alivio, gratitud y esperanza.
Haz que este Ramadán también llegue a quienes más lo necesitan.
